Las cosas lindas de nuestro país
Te grabo este mensaje, hija, con la esperanza que un día vas a volver y lo vas a escuchar. Esta es la cuarta cuarentena. La primera fue leve, duró cuatro meses, para las vacaciones de invierno ya habían repartido el cuarentenol, el remedio ese cubano, y nos recuperamos todos. Pudimos completar las asignaturas antes del final del año lectivo y me nombraron directora de la escuela. Gloria y loor, honra sin par, qué lindo año que fue el 2020.
Este cuento fue publicado en la Revista Pantomima
Esta vez, hace cuatro años que no salimos de casa. Por lo de los misiles coreanos se cortó internet y tuvimos que volver a los canales de aire. Miramos el canal 2 de La Plata en el televisor que estaba en la baulera. No sabemos si están transmitiendo las noticias de entonces o las de ahora, porque casi siempre se ve en blanco y negro. A la tarde me visto como para ir al acto de fin de año y recito la lista del último grado que tuve a cargo: Arizmendi, Bertazzi, Bertelmann... Tu padre da el presente y después cantamos Febo asoma, todos unidos triunfaremos.
El gobierno nos deja en la puerta el cuarentenol y una comida que parece la que le dábamos a los gatos. Gatos y perros no hay más, pasó lo que tenía que pasar. El presidente da discursos por el canal de aire pero la vecina me dijo, a través de la pared, que el vecino del otro lado le dijo a través de la otra pared, que el presidente está muerto y que le graban los discursos; que si te fijás no coinciden las palabras con el movimiento de los labios. Nosotros apenas vemos rayas, porque no nos dejan subir a la terraza a poner la antena. Mejor porque el cuarentenol a tu padre y a mí nos tiene postrados.
Así que te grabo este mensaje hija porque me siento al final de mis fuerzas, pero menos confundida que tus sobrinos, que me roban la medicación, la rallan, se la fuman y se la meten por los ojos cuando yo estoy desmayada, porque todas las tardes me desmayo un rato. Cuando me despierto tengo lo garganta seca y ellos están en la bañera, vomitados encima y gritando ¡Viva el Restaurador! y el presidente que dice que tenemos que estar más unidos que nunca.
Acá estoy firme hijita, cumpliendo el cuarto año de cuarentena con deber cívico como cuando era la directora. Y el presidente que nos habla desde el más allá por el televisor que compramos para el Mundial 78, y tus sobrinos que no saben quiénes fueron los militares. Por eso te dejo este mensaje, para que no te olvides de las cosas lindas de nuestro país, vos que hiciste el magisterio como yo, y de las cosas feas también, como los militares. Y aquí me pongo a cantar: Arizmendi, Bertazzi, Bertelmann, Evita montonera. Grande fue cuando el Sol la alumbraba y más grande en la puesta del Sol.
Te quiere, Mamá