/ Escritos

Diario del bosque

Buenos Aires, miércoles

Llegué re tarde a casa y todavía no armé el bolso. Mañana a primera hora viajo a Perú.

En viaje, jueves

Entre sueños pienso que en la secundaria tuve cinco años de Latín y otros cinco de Francés y ni una hora de Guaraní.

Yarinacocha, viernes

35 grados de calor. Viajamos a Yarina con las ventanillas del auto abiertas y música criolla en la radio. Le pregunto a Augusto por las fiestas de su juventud. Sonríe y sube el volumen.
En Yarina encuentro a José, el maestro del bosque. Conversa animadamente sobre el origen del planeta, el funcionamiento de los volcanes y las propiedades de los árboles. Me induce a concluir que les humanes nos creemos fuera de la naturaleza pero que somos parte de ella.
Llegan Leo y Sana, los practicantes chamánicos rusos. Traje yerba de Misiones. Leo hace el mate, le agrega muña de la sierra peruana y yuyos siberianos.

Sábado

Antes del amanecer llega José con medicina de árbol, o "palo" como le dicen aquí. La tomo en dos sorbos, José me observa. Es el cuarto palo que transito. Creo que hay dieciocho. Duermo hasta tarde.
Leo me enseña que les chamanes siberianes pueden modificar el clima para beneficiar los cultivos, pero que les maestres shipibo no saben hacerlo. Concluimos que la vida en el bosque es más simple.

Domingo

José me explica que los palos pueden ser dieciocho y medio. El "medio palo" es un palo de espíritu malo, él estuvo con ese espíritu tres días y luego lo rechazó. Así cerró su círculo y obtuvo el conocimiento.

Lunes

Soñé con muertos en mi familia, el espíritu de una niña y con un perro blanco que quería morderme los genitales. Leo y Sana se alegran, son mensajes de la medicina.

Martes

Leo me cuenta sobre sus visiones. Me distraigo y ya no sé si los personajes de los que habla pertenecen a esta realidad o a la realidad paralela.

Miércoles

Indagué sobre feminismo y comunas sexo-afectivas entre les shipibo. No es común la simultaneidad de vínculos, pero sí una sucesión armónica donde los hombres socializan y cooperan con los anteriores y con los nuevos compañeros de las que fueron sus compañeras, sin apego a ideales románticos. No hay un paradigma social único.

Jueves

Llegaron veinte misioneros cristianos estadounidenses. Comento que el conocimiento indígena es más interesante porque, a diferencia de las religiones, no hay intermediarios. Sana me corrige: la mayoría de las personas prefiere un sacerdote-intermediario que les diga qué hacer, poca gente quiere ser libre. Leo agrega que la tradición Sufi habla de una primera línea de "higiene espiritual" donde se encuentra la mayoría, rezando y obedeciento mandamientos. La segunda línea es la del verdadero conocimiento, que implica renunciamentos y su correlativo sentido de la libertad, que la mayoría no está dispuesta a afrontar.
La selva no es monoteísta.

Viernes

Leo y Sana me cuentan que, después de diez años de vivir con les shipibo, comprendieron que hablan una lengua para la vida cotidiana y otra para los trances de ayahuasca. Así, "mundo" y "el día de hoy," que son sinónimos en shipibo cotidiano, durante el trance se dice "luz blanca que viene del cielo." Las realidades diversas son incomprensibles para quienes habitan un paradigma social único.

Sábado

Pasé todo el del día en la puerta de la cabaña escuchando el viento.

Domingo

Me dí un baldazo de agua con flores que marca el fin de la toma de medicina. Al anochecer, todo alrededor mío se iluminó con un brillo eléctrico.

Asunción del Paraguay, dos meses más tarde

Vendí mi casa. El domicilio que figura en mi documento ya no es verdadero. Quizás, el nombre tampoco.


Photo by Chris Abney / Unsplash

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