La casa vacía
(Pantún balinés)
Sin mucho pensarlo metió los pies en el agua.
Entró en la casa vacía que imaginó en su infancia.
Tantas noches en vela esperando un incendio,
la aventura o la peste, donde nada cambiaba.
Entró en la casa vacía que imaginó en su infancia
por orilla ajena a plegarias y al llanto.
La aventura o la peste, donde nada cambiaba
ardió en el bautizo de una playa profana.
Por orilla extraña a plegarias y al llanto
ahogó el tedio y dio razón al olvido.
Ardió en el bautizo de una playa profana
la promesa irredenta de la peste apremiante.
Ahogó el tedio y dio razón al olvido
delirio de fiebre en la niñez desvelada.
La promesa irredenta de la peste apremiante
no es pulpa más dulce que lengua deseada.
Delirio de fiebre en la niñez desvelada,
la fuga inminente, el destino obstinado.
No es pulpa más dulce que lengua deseada
la que su boca nombró y ya no supo olvidarse.
Un murciélago duerme. Llegaste a casa.
Tantas noches en vela esperando un incendio
y el rescate suicida de la peste salvaje.
Sin mucho pensarlo metió los pies en el agua.
(Ubud, marzo 2020)